lunes, 3 de octubre de 2005

Torre


Hay lugares que son un hervidero de turistas y fotógrafos telefónicos. Me fastidian. Me fastidia que me fastidien. Me gustaría ser de otra manera, poder ignorar aquellas cosas que me disgustan sin más, las que no van conmigo, sin que el asunto se convierta en una situación de vida o muerte. Pienso en ello mientras subo en un ascensor con treinta turistas ¿miedo a ser como ellos? Lo anoto en mi libreta y un tipo trata de leer lo que escribo, de reojo. Le odio.

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