miércoles, 26 de junio de 2013

hombre con un casco de mimbre

Como estábamos en Sichuan pensábamos que esto había sido por el terremoto, una manzana entera que se vino abajo. En nuestras mentes poblamos los escombros de cadáveres y vidas sepultadas, juguetes olvidados -que por algún motivo misterioso impresionan a la gente más que una televisión de plasma reventada o una mesa de dentista retorcida-, muebles astillados, quizás una mano saliendo de un dintel aleatorio en gesto de petición de una ayuda que nunca llegó, y bueno, mierdas de esas que la imaginación te susurra al oído ávido -ya todo el cuerpo, no sólo el oído- de estar en un lugar exclusivo y macabro y sorprendente y todas esas cosas que los occidentales con suerte adoran -incluso yo-. Pero sin que nosotros lo supiésemos, en perfecto chino, en las solapas amarillas de los trabajadores lucía una frase que revelaba que aquello era un equipo cualquiera demoliendo casas viejas. Bueno, no viejas exactamente, sino la que el Gobierno decía que eran viejas -que en China no es lo mismo, no hay que confundirse-.

dos mujeres


lunes, 17 de junio de 2013

jueves, 13 de junio de 2013

lunes, 10 de junio de 2013

chico sentando en Broadway


mujer


sin título

Me hice daño en las piernas y ahora me tengo que joder un par de semanas. Si no hago el cabra estaré bien pronto, claro. Entretanto miro al cielo y me pregunto por todas esas cosas que nunca viviremos, que nunca veremos. Imágenes en el interior de un volcán, escenas en el mar profundo, sucesos inhumanos en el bosque, en las alcantarillas, reflejos no vistos, puestas de sol donde no hay nadie, días de viento en Marte... y sin ir tan lejos, miradas en un ascensor, tus propios rizos o lo que se ve desde abajo cuando metes un pie en el mar. Si fuese dios, si existiese dios, estaría aplastado por la belleza inconmensurable que existe en este puto mundo. El gran señor con barba se pasaría los días y las noches sentado, invisible, mirando iridiscencias y le daría exactamente igual la vida y la muerte, la mentira, el abuso, la hipocresía y el sudor negro.

sin título