miércoles, 25 de enero de 2006

sin título


Mientras las familias alrededor del lago festejaban el año nuevo Uruguayo (que no coincide con el argentino y mucho menos con el español) el patriarca de la casa se escapó de allí y fue a la casa a por una maleta -valija, le llaman- para realizar un ritual que, al parecer, efectúa todos los años y que consiste en pasearse con ella por toda la casa. De este modo la fortuna y los viajes se ponen de su parte y se asegura el tener un buen año de vuelos, autobuses y visitas a lugares lejanos. Aunque soy una persona terriblemente escéptica y no creo ni en la suerte, ni en el destino ni en los buenos auspicios, tuve que contener unas enormes ganas de agarrar mi mochila y dar vueltas por la casa. No sólo eso; también quise ser abuelo, hablar de robots y celebrar muchos fines de año junto al lago, comiendo churrasco y bebiendo vino rodeado de todos...

Luego volví en mi.

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