miércoles, 30 de noviembre de 2016

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Hoy volví a soñar lo mismo: estamos en Extremadura subiendo al coche de mis padres, de madrugada. Mis abuelos están en el portal de la calle en su casa de toda la vida. En el sueño caigo en la cuenta que jamás les llamé por su nombre, Vicente y Manuela, a pesar de haber estado miles de veces con ellos. Él nos mira tras sus gafas de pasta, serio. Apoya la mano en la jamba de la puerta, lleva chaqueta. Ella está difusa. Me entran ganas de vomitar por la angustia leve mezclada con olor a tapicería Ford. El coche arranca y veo la calle alejarse como un túnel. Miro atrás y mis abuelos se van haciendo pequeños. Antes de la curva les veo girarse y entrar con gesto cansado. Raquel -mi hermana- es pequeña. Javier -mi hermano- aún no existe. Conduce mi madre. Mi padre se pone el cinturón de seguridad y mira atrás. Su pelo es negro, brillante. Mientras el pueblo se aleja tras las ventanillas intento decirles a todos que aquello es un sueño y que el olor a olivo, la sierra ocre, el rosado del alba, el viento cálido e incluso el jamón y los melones que van en el maletero en realidad no existen. Duerme un poco, me dice mi madre. Manoli.

Al abrir los ojos han pasado más de treinta años. 

NY, 5

William Randolph Hearst fue un famoso editor que levantó un imperio periodístico en los Estados Unidos. Tras comprar el "The New York Journal" se metió en una sucia guerra editorial con "New York World" cuyo dueño era un tal Joseph Pulitzer. El conflicto, cuyo cenit se situó entre los años 1895 y 1898, llevó a ambos periódicos newyorkinos a un bochornoso sensacionalismo barato con titulares aterradores en letras grandes sobre noticias irrelevantes, uso abusivo de fotografías escandalosas, entrevistas falsas, pseudociencia, citas inventadas de expertos que no lo eran, énfasis en suplementos dominicales a todo color y cierta simpatía por la gente desgraciada puteada por el sistema. Curiosamente ambos rotatorios publicaban una tira de cómic bastante lamentable llamada Hogan's Alley cuyo protagonista se llamaba The Yellow Kid ("el niño amarillo"), motivo por el que no tardó en llamarse a ambos periódicos la "prensa amarilla".

El primero de los magnates, William, además de promover de forma poco ética la guerra del 98 contra España y ser elegido congresista, trató de ser alcalde de Nueva York dos veces; nunca lo consiguió. En 1911, pocos años después de que los hermanos Wright volasen por primera vez en Kitty Hawk, Carolina del Norte, y en plena fiebre aeronáutica, al magnate se le ocurrió la idea de ofrecer el "premio Hearst" de $50.000 a aquel que realizase el primer vuelo de costa a costa en los Estados Unidos. La única condición era que debía de hacerse en menos de 30 días. No hace falta decir que ese dinero en la época equivale a mucho más hoy en día, aproximadamente un millón y medio de dólares. La hazaña -porque lo era- la consiguió un tipo llamado Calbraith Perry Rodgers que despegó con un avión Wright Model EX desde Brooklyn el 17 de septiembre de 1911. Tras 70 paradas, llegó el 5 de noviembre a Pasadena, California. Llevó el primer saco de correo postal de costa a costa pero al haberse pasado 19 días no vio ni un centavo del señor Hearst. Eso si, se hizo famoso como pionero aviador hasta que el año siguiente se mató en un accidente aéreo. Además de su logro costa a costa, fue la primera persona en morir en un avión por culpa de una banda de pájaros.
El señor Hearst fue la inspiración para el protagonista de la película rodada por Orson Welles en 1941 bajo el título de "Ciudadano Kane".

Pulitzer, por su parte, tras crear y promover toda su vida la prensa amarilla, se quedó con cierto cargo de conciencia. Murió en las mismas fechas en el que nuestro piloto Perry Rodgers sobrevolaba incansablemente el país con su avioncillo pero el editor dejó cabalmente establecido que todo el dinero que había amasado con sus periódicos de mierda (unos dos millones de dólares de la época, un pastón) fuese destinado a la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde se fundó la Escuela de Periodismo al año siguiente, el 1912. La misma Universidad creó en 1917 los Premios Pulitzer que hoy en día son lo mejor que te puede pasar en el mundo editorial.

El señor Pulitzer está enterrado en un cementerio del Bronx llamado Woodlawn, bastante cerca de donde está la tumba de Miles Davis.


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martes, 29 de noviembre de 2016

NY, 4

Thomas Edison presentó su famosa lámpara en la Exposición Mundial de París en 1881. Aunque se trataba de un invento increíble en realidad tenía algunos problemas serios pues funcionaba con corriente continua que resultaba muy cara de transportar y era bastante peligrosa.

La primera central termoeléctrica de la Historia estaba situada en Pearl Street -al sur de Manhattan- en Nueva York. Empezó a funcionar en septiembre de 1882 y su dueño era, por supuesto, el señor Edison. Además de generar electricidad de corriente continua (usando carbón) para los primeros 82 clientes aventureros que usaban bombillas, también distribuía vapor a los edificios cercanos (bajo el nombre de New York Steam Company). Esto se llamó "cogeneración" que era, básicamente, un sistema que producía a la vez dos resultados: energía eléctrica y térmica.

En 1886 el señor Edison dejaría de dormir tranquilo pues le surgió la competencia con la fundación de la Westinghouse Electric que para más inri estaba basada en los descubrimientos de su archienemigo Nikola Tesla, defensor de la electricidad de corriente alterna, barata de transportar y poco peligrosa.

Como era de esperar la central de Thomas Edison en Pearl Street ardió en 1890. Inmensa incluso para la época, no hubo forma de apagar el incendio. Tras el revés había que desprestigiar a la competencia por lo que el señor Edison se decidió a probar que las ideas de Tesla también eran peligrosas. Para tal efecto inventó una silla eléctrica de corriente alterna y electrocutó a decenas de perros, gatos y hasta una elefante llamada Topsy de un circo newyorquino de Coney Island, lo cual fue filmado en 1903. El señor Tesla respondió exponiéndose a una corriente alterna dejando que ésta le atravesara sin hacerle el menor daño, así puso fin a la disputa. Poco después la compañía eléctrica de las cataratas del Niágara (cuyas instalaciones en ruinas aún se pueden ver junto a la caída de agua) se decantó por la corriente alterna (que ahora se usa en todo el mundo).

A pesar de su derrota la idea de cogeneración de Edison había funcionado bien en Nueva York y se siguió usando. La New York Steam Company cambió su nombre por Con Edison y siguió ofreciendo vapor. Hoy en día es la calefacción urbana más grande del mundo con la que se genera energía, se calienta, se enfría, se limpia e incluso se desinfecta la ciudad. Es un sistema un 30% más eficiente que los de otras urbes y reduce mucho la emisión de contaminantes y carbono. Las típicas típicas nubes de vapor que se ven en Manhattan saliendo de las alcantarillas no son fugas del sistema -como mucha gente piensa- sino simple condensación de aguas externas que se evaporan a saco al tocar las tuberías calentísimas.

Todo fantástico pero de vez en cuando hay accidentes porque esos 160 kilómetros de tuberías tienen casi cien años de antigüedad y no han sido renovadas. La gorda fue en 2007 cuando hubo una explosión bestial de vapor cerca de Grand Central en hora punta. El bombazo de agua hirviendo llegó a 320 metros de altura, es decir, tan alto como el edificio Chrysler. Se saldó con 45 heridos y una mujer de Nueva Jersey muerta. 51 años, del susto, un ataque al corazón.


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un limpiabotas en Madrid


dos de siete


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viernes, 18 de noviembre de 2016

NY, 3

Cooper Union es una de las mejores universidades de los Estados Unidos y a pesar de ser privada, es gratuita. Está situada en Manhattan, más o menos en la calle 8 y la 2ª Avenida. Tiene tres disciplinas: Arquitectura, Arte e Ingeniería.

El modelo de fundación seguido por Peter Cooper en 1859 fue el opuesto al del resto de universidades del país; su criterio era que la educación superior debía ser “gratuita como el aire y el agua” y no depender de sexo, religión, raza o estatus social. Incluso hoy en día se entra únicamente demostrando méritos académicos.

Cuando pasas por debajo se ve como un extraño tubo en el tejado del edificio que es, en realidad, el primer hueco de ascensor de la Historia. El señor Cooper pensó que un edificio tan alto como ese (en el siglo XIX era la hostia) debía tener un ascensor pero éste no estaba inventado todavía (es decir, existía la idea pero nada más, quizás como las naves hiperespaciales hoy en día). Don Peter tenía una confianza ciega en la ingeniería y la ciencia así que mandó construir el hueco igualmente. Muy poco después otro americano inventó el ascensor (o más bien el sistema que hace que no te mates si se corta el cable), se trataba de un señor de Vermont llamado Elisha Otis.

Por desgracia el invento era cuadrado, no redondo (como el hueco que había y sigue habiendo en la Cooper Union).


gente viendo la final Alemania-España en 2008, Cuenca


NY, 2

Corría el año 1874 cuando un señor llamado Robert McCay inventó en Filadelfia un nuevo refresco que podemos traducir como "flotador de helado" aunque en los Estados Unidos se popularizó como "ice cream float" o "ice cream soda"; el invento gustó y se extendió la idea al Reino Unido donde lo llamaron "coke float" e incluso llegó a Nueva Zelanda donde lo llamaron simplemente "spider".

Hay al menos otras tres personas que decían haberlo inventado dos años antes que el señor McCay pero la Historia les jodió bien, como suele pasar. El invento era bastante simple, se le ponía helado a cualquier bebida carbonatada. A finales del siglo XIX tenía una popularidad tan bestial que era casi obligatorio tomarse uno si eras adolescente. No hacerlo era como no tener un smartphone hoy en día. Por aquel entonces se pensaba que las bebidas con gas eran medicinales así que muchos adultos les daban estatus de alcohólicas; esto llevó a que algunos gobiernos locales prohibieran tomarlas en domingo. Para que el "día del Señor" los chicos tuviesen algo que beber, se inventó una versión dominical sin soda a la que se llamó "sundae".

No tardó mucho en inventarse una variante en Chicago con cerveza de raíz en vez de soda. Esta cerveza (inventada en Europa en el siglo XVI) en inglés se llama "root beer"; tiene un 0'35% de alcohol y se hace con un explosivo combo de vainilla, corteza de raíz de sasafrás, nuez moscada, melaza y sabe dios qué más le ponen. Y encima de eso, helado. Le llaman "root beer floats". Hay quienes no se cortan un pelo y encima de todo le ponen un toquecito de nata montada, por si acaso no era suficiente.

Los mejores sitios de los Estados Unidos para tomarte esto están en Chicago, por supuesto. Los míticos Eleven City Diner, Scooter's Frozen Custard, Au Cheval, el Berghoff o Margie's Candies. Nada igual. En Nueva York no son tan buenos pero puedes disimularlo en Jacob's Pickles, en Amsterdam Ave. En el East Village también hay un sitio llamado Van Leeuwen Artisan Ice Cream, que es la gloria si nunca has pisado Chicago. En el otro lado de la isla, en el West Village, el Blue Ribbon Bakery Kitchen te puede hacer feliz.

Para todo lo demás, Mastercard.


jueves, 17 de noviembre de 2016

NY, 1

Si eres de ciudad pequeña (como yo) es posible que no sepas qué coño es un bagel -que se dice algo así como beiguel-. En Nueva York los ves por todas partes: carritos en la calle, supermercados, cafés, diners (las cafeterías de platos combinados) y delis (que es como se llaman a las tiendas pequeñas de barrio). Pues bueno, es un pan polaco con forma de toro (es decir, de rosquilla) original de la ciudad de Cracovia. La primera mención al mismo data del año 1610 en un reglamento que decía que había que dárselos a las mujeres de parto. Se hizo muy popular en todo el país y en especial entre los judíos que siglos después lo llevarían a América. La variante de Nueva York -porque hay muchas- es esponjosa y lleva sal y malta. La principal diferencia con el pan común es que la masa del bagel se cuece antes de hornearla de modo que la miga es más densa.

Luego a esto le pones en medio lo que quieras, queso cremoso, mantequilla de cacahuete o salmón con arúgula. Cada uno escoge su veneno.


Mostar


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Pocitelj


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gente en una playa en Bosnia


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lunes, 14 de noviembre de 2016

miércoles, 9 de noviembre de 2016

viernes, 4 de noviembre de 2016