miércoles, 25 de enero de 2006

sin título (última de la serie)


Según pasa el tiempo, como es inevitable, se desvanece cualquier recuerdo. Siempre nos es imposible imaginar cómo recordaremos algo, pasados los años, o siquiera si no lo olvidaremos por completo. Por eso muchas veces sacamos fotos, traen consigo un sentimiento vívido, un eco del pasado que ya no es y que no volverá a repetirse jamás.

Me gustaría acordarme no de los edificios o el obelisco, ni nada de eso. Las fotos las hice para alguien que me acompañó, para bien o para mal, durante todo el viaje; cuando estaba solo y cuando no, cuando me perdía por los barrios de San Telmo o cuando cenaba sushi en Palermo Viejo. Con el tiempo es de ella de quien me gustaría acordarme al mirar esta foto, de su dulce y alegre sonrisa, y -por qué no- del sonido de su voz al despedirse para siempre, como si nos fuésemos a ver mañana.

2 comentarios:

Stella dijo...

Gracias Adorno, una vez más.
Tus fotos trajeron a mi memoria gratos momentos.
Ojalá lo fueran también para ti.
Stella

ramón dijo...

Claro que lo fueron :)