miércoles, 25 de enero de 2006

Cementerio


María me dijo que existía un lugar, una ventana, desde la que se podían ver los edificios de la Recoleta rodeando el cementerio. La busqué por tres veces y casi no la encuentro, finalmente era la última ventana de la última sala del último intento... cuando miré y vi las cúpulas silenciosas de la ciudad de los muertos sentí cierta calma, cierto alivio, como el que llega a algo largamente deseado y descubre que es, exactamente, tal y como esperaba. Al caminar de vuelta, satisfecho, me di cuenta de lo raro que es eso en la vida, que algo imaginado y real coincidan de alguna forma.

Tampoco será esta la última búsqueda que me conduzca a un cementerio.

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