viernes, 30 de agosto de 2019

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A veces miro al cielo y me pregunto cómo será el atardecer en algún planeta lejano lejano, en el otro lado de la galaxia. Imagino el color de la luz, las montañas y nubes de gases que no entiendo; entonces añado algún lago, viento, plantas y cualquier cosa que se me ocurra. En ocasiones tormenta pero otras veces tan sólo niebla. Y cuando finalmente cae la noche el silencio enmascara mil cosas que suceden allí lejos. El crujido de la tierra por el calor que se desvanece. El goteo de un manantial. No sé, cosas así.

Otras veces camino por la calle en París, Nueva York, Ordes, Boiro, Miska o donde sea y cuando veo una ventana me pregunto cómo será la historia de esa familia. En qué guerras murieron quiénes. Qué impuestos pagaban. Cómo se llamaban todos los hermanos que nacieron allí. Qué comían. Qué leían. Qué ropa usaban. Qué amigos tenían y en qué colegios, y cuánto medía cada uno, y qué solían llevar en el bolsillo.

Si me gustan los mapas es porque tengo ganas de ir hasta el último de los nombres que salen. No existe uno sólo sin una historia detrás, desde la Bahía Inútil en Chile a Socotra pasando por Cuspedriños Dabaixo. No sólo quiero estar allí sino también saber por qué se llaman así y cómo eran antes y cómo serán en el futuro.

Envidio a la gente a la que sólo le gusta una cosa. A mi me gusta todo. Pasear por el bosque, las calles, estar solo, acompañado, multitudes, amigos, desconocidos, la comida basura, la gastronomía local, el amor, los buenos libros, los malos, la música, el cine, el derecho romano, la Historia de Mongolia, los tratados de dibujo de miniaturas medievales, la poesía, la prosa, el agua mineral, los viajes a la luna, las rocas, el proceso del tetrabrik, el ajedrez, la física, la escalada, el mosto, el teatro, el tente, las máquinas de movimiento infinito, los perros, la numismática.

Así que mañana cumpliré años con esa sensación agridulce de que si bien tengo la suerte de estar en este planeta, también me jode un poco que jamás tendré puta idea de nada y que tarde o temprano me perderé, como poco, el 99’99% de la fiesta que es existir. Pero bueno, llevo ya 45 vueltas al Sol en espiral y un buen tramo de Via Láctea. Ahí está eso, mi 0’01%.

1 comentario:

José A. García dijo...

Dicen que vivir es un poco eso, sentir que nos estamos perdiendo de algo más importante que lo que podemos llegar a ser, estar siempre a destiempo en todos los lugares y pensar que algo podría ser mejor.
Y después nos morimos sin saber si algo de todo eso tenía sentido o no.
Pero, claro, el espiral continúa.

Saludos,

J.

Pd: Y feliz cumpleaños, aunque atrasado.