lunes, 24 de septiembre de 2012

...

Acabé pues paseando con estos dos señores de ochenta y cuatro años por Manhattan y me sorprendió la vitalidad que tenían encima. De dos de la tarde a diez les di vueltas por el East Village desde Union Square, luego a Washington Square, bajada al Soho, Little Italy, Chinatown hasta acabar en los juzgados y el ayuntamiento donde agarramos el metro al norte. Se había puesto a llover mucho cuando llegamos a Harlem 125, a la peor esquina de toda la isla. Les dije que esperasen dentro de la estación donde todo tipo de gente rara se hablaba entre los barrotes, discutía o simplemente esperaba a a que pasase el aguacero con cara de pocos amigos.

Yo salí porque me gusta que me llueva encima. Vi al lado un supermercado y me acerqué. Allí varios negros esperaban bajo un techo. Me fijé en uno en concreto que tenía un paraguas en el suelo y pensé que quizás me lo dejase unos instantes para ayudar a los dos ancianos a cruzar hasta el tejadito. Le pregunté si el paraguas era suyo, pero el tío hizo como que no me había oído.

-Que si el paraguas es tuyo.

Nada.

-Oiga, por favor, ¿el paraguas es suyo? tengo a dos ancianos ahí y quería cruzarles hasta aquí, son apenas seis metros...

Nada. El tipo me mira como nervioso. Mira a los lados. Aprieta los labios y mete la mano bajo la chaqueta. Mierda, pienso. Entonces saca una cartera y me enseña una placa de policía como muy molesto y gestos bruscos.

¿Qué cojones significa eso?

1) Déjame en paz que estoy de incógnito
2) El tío es un loco que ha comprado una placa de juguete

Mi respuesta:

-¿Pero me dejas el paraguas o qué cojones???

No hay comentarios: