sábado, 8 de agosto de 2009

Hombre con un ajedrez



El negro hablaba de Capa y Fisher con soltura, movía los peones con agresividad y se metía contigo cuando las cosas se le ponían feas. Tenías que saber muy bien lo que hacías para no bailar a su son, como acabé haciendo yo. No conseguí ganarle ninguna, incluso con una torre de ventaja. Porque tácticamente yo era mejor -ambos lo sabíamos- pero eso no lo es todo ni en el ajedrez ni en la vida. What you gonna do? decía mientras movía el cuerpo, se escondía tras la gorra, pasaba el tiempo y las ganaba todas. King for five minutes, le dije al sentarme. Era casi noche en un parque cualquiera, Nueva York alrededor con su ruido y sus neones y su tráfico amarillo.

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