martes, 5 de mayo de 2009

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Hay que decir que nos llevó mucho tiempo ser inseparables. Él siempre lloriqueando por las esquinas y yo siempre haciéndome el duro. El guapo -él- y el listo -yo-, decíamos. Entre los dos lo sabíamos todo. Nos pasamos años compitiendo, discutiendo, días sin hablarnos, gritándonos, que yo me voy, pues vete, a la mierda, vale, hala, eso.

Y descubro que quiero a este idiota justo ahora mismo mientras escribo a oscuras en esta habitación mugrienta de tres dinares la noche, el colchón en el suelo, sus ronquidos llenándolo todo sin dejarme pegar ojo. Pienso en darle un golpe fuerte pero algo me retiene, hay que joderse. Así que me tapo la cabeza con la almohada.

5 comentarios:

edu dijo...

gracias








seguro que cuando estás solo...roncas como un cabrón.

ramón dijo...

recuerda que los troncos no hacen ruído al caer si no hay nadie que los escuche :)

Anónimo dijo...

una aclaración:
que tú Ramón eres muy guapo, lo sé porque te conozco y tú Edu eres muy listo, lo sé por tus mails.

cariños para los dos

N.

Anónimo dijo...

perdón, comentarios, quise decir.

N.

paula dijo...

qué tiernos...