miércoles, 25 de marzo de 2009

Hombre durmiendo



Hoy soñé con alemanes. Tenía que esconderme en un granero y estaba acojonado porque esperaba una llamada de mi hermano y podía coincidir que justo sonase el teléfono cuando estaban cerca los soldados (si, era en plan Segunda Guerra Mundial). Y sonó. Corrí. Bajé unas escaleras de madera completamente seguro de que no había escapatoria y de repente vi un carro de heno. Me metí de cabeza. Olía fuerte, se hacía difícil aguantar. De repente me olvidé de los alemanes y recordé la casa de Luis en el pueblo cuando jugábamos en su granero, nos subíamos a una montaña de balas de paja y con una pelota jugábamos al rey de la colina. Allí, junto a los cerdos, felices, oliendo a sudor y mierda seca y respirando polvo flotante en la tarde extremeña.

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