domingo, 14 de febrero de 2010

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Cada viaje tiene sus cosas pero todos empiezan igual. Hago la mochila media hora antes y me voy con sensacion de bajar a por pan al supermercado. Esta ese momento en el que cierras la puerta y sabes que todo lo que olvidaste ahi se queda. Siempre trato de no pensar en ello porque total para que. Ademas, te vendra a la cabeza solito como, de hecho, acaba de hacerlo. Como sabeis -o no- hoy es el dia de Anho Nuevo chino. Entramos en el anho del tigre osea mi anho. El ciclo del horoscopo chino dura doce anhos de modo que es tu anho cuando naces, obvio, y a los doce, a los veinticuatro, a los treinta y seis, etcetera. Y me toca. No, no tengo veinticuatro. Que le vamos a hacer. Tu anho -mi anho- te toca llevar una pulsera o lazo rojo, todos lod dias, sin quitartelo. Mientras lo lleves es bueno. Si se rompe, malo. Una amiga me habia mandado uno de China...

...y se quedo en el cajon. En realidad no pasa nada porque no creo en nada, solo me hacia gracia. Creo que los espiritus tendran que esperar una semanita para protegerme. Aunque, pensandolo bien, no estaria mal que evitasen a los mosquitos.

Volviendo con el tema de los viajes, aqui estoy tirado en Corea y rumbo a Malasia. Miro por la ventana grande y veo todo nevado hasta las montanias. Pienso que querria tener muchas vidas para poder ir a todas partes. Al sur de Afganistan. A los barrios de Buenos Aires que nunca visitare. A una aldea rusa, por la nanhana. Porque pensamos que viajamos pero apenas lo hacemos, o al menos yo. Son vistazos que uno echa por ahi, nada mas. Y a veces nos pasa lo mismo con las personas. Las conocemos de un vistazo y creemos que ya esta. Pues no esta. Puedes estar tres anhos, diez anhos con alguien y no conocerlo en absoluto. A veces no te conoces ni a ti mismo. Y entonces surge la pregunta... para que viajamos? para que conocemos gente? si total, no vale de mucho...

Pues no se la respuesta.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Cada persona supongo que viaja por distintas cosas: algun@s para escapar (de la rutina, de la monotonía... de sí mism@s), otr@s por el deseo de encontrar cosas y rostros nuevos, otr@s para poder contar que "yo estuve allí", otr@s porque está de moda, otr@s para aprender de otros lugares y costumbres, otr@s para probar nuevos sabores, sonidos y olores... podría seguir una larga lista...

Pero visitar un lugar no es conocerlo; igual que encontrase con una persona no es conocerla. Esto no está tan de moda... conocer algo, de verdad, es indagar en sus entresijos, sus secretos, sus callejones y sus miserias... es saber su historia.

Hoy ya no se conoce a la gente ni los lugares... porque a nadie le interesa ya nada que no sea su propio ombligo.

silly girl dijo...

A veces me pregunto lo mismo, Ramón.. Pero como esta pregunta podríamos hacer miles. Nunca escucharemos toda la música que nos gustaría, ni veremos todo el cine, ni leermos los miles de libros que podrían interesarnos.

Todo al final da vueltas sobre lo mismo: el paso del tiempo. Lo efímero de la vida, lo absurdo de la existencia. El miedo a la muerte.
Quién no lo reconozca, miente.

silly girl dijo...

Sin ofender, creo que Kayele, te quedas en un plano un poco superficial del asunto... ;)

Kayele dijo...

Creo que no es prudente entrar a valorar con tanta precipitación depende qué profundidades...

nunca se sabe lo que ocurre en el ombligo de otr@

;-)

¿Por qué hacemos las cosas? ¿Qué nos motiva?, ¿Acumulamos vivencias, experiencias, como en un álbum? ¿Coleccionistas de rostros, de paisajes? ¿Qué le da sentido?,
porque necesitamos un sentido...

¿El miedo a la muerte, el tempus fugit?
...
yo no lo creo.
La muerte cada vez nos importa menos porque cada vez vivimos más desarraigad@s.