viernes, 2 de septiembre de 2005

La katana

Con el calor que hace tengo que dormir con el aire acondicionado; pero el nivel minimo es tan fuerte que tengo que dormir con edredon del frio que hace. La habitacion esta congelada cuando me despierto y por eso calculo mal lo que ponerme para el resto del dia. Salvo hoy, sali tiritando de mi cuarto y al llegar a la calle sudando a los quince segundos.

Me compre un billete de tren a Himeji para maniana. Dicen que alli esta el mejor y mas original castillo de Japon. Los castillos los llaman jo, de manera que este es himejo-jo y el de Osaka, osaka-jo, por poner dos ejemplos. Digo original porque muchos en Japon son de carton piedra, los que volaron durante la guerra o ardieron antes por lo que sea los hicieron al estilo Hollywood en los anios 50. De momento no he visto ninguno de esos de pega pero dicen que hay muchos.

A media maniana, despues de varias visitas -algunas mejores que otras, el Museo de Kyoto fue para tirarse por una ventana-, decidi ir a la tienda donde habia visto la espada para mi hermano. El tema de la espada fue mas bien extranio, ahora os cuento.

Enfrente del sitio, que se llama Kyoto Handycraft Center (y donde puedes ver a los artesanos haciendo las cosas; Chema me preguntaba los precios de las espadas de verdad, solo la guarda, no el mango, la guarda, vale mas de 1000 euros) hay una escuela de Kendo, que es un tipo de combate japones con espada. Hay la hostia de armaduras de combate en filas y ahi me meti yo para hacer fotos. La dependienta, que es la primera japonesa que veo mas alta que yo, me intimido y sali por patas.

Entre pues en el susodicho Handycraft Center. Resulta que la aduana espaniola no deja pasar espadas japonesas desde el 11 de septiembre, todos sabemos lo que paso el once ese pero no le veo conexion a espadas decorativas con la amenaza terrorista. Encima en Espania no es muy dificil encontrar una espada o un cuchillo toledano... La chica que me atendia en la tienda -una japonesa muy guapa y algo menuda, la unica que hablaba ingles- llamo al servicio postal, los del servicio postal a la embajada y la embajada no se a donde llamar pero respondieron que habia como un 50% de posibilidades de que pasase.

Entretanto -paso una eternidad- la japonesa en cuestion me dio conversacion. Me entere de que no tienen fines de semana como nosotros -como mucho descansan un dia, toda la poblacion- y una semana de vacaciones al anio. Aparte de eso me confeso que era muy timida. Una conversacion un poco rara, yo estaba algo incomodo pero me resisti a hablar del clima.

En esto pasa una chica y un chico hablando en espanio. Dos catalanes!!!! Encima majisimos, les salude y hablamos como un cuarto de hora sin parar, que si esto o aquello y quedamos hoy para cenar, menudas risas.

Cuando se fueron -se me olvido preguntarles como se llamaban- la japonesa -esa si, se llama Yuko- me pregunto si eramos amigos esos y yo. Nada, nos acabamos de conocer, le dije, jeje. Me miro como si fuese ET y justo ahi llamaron para confirmar que, a pesar de todo, podiamos mandar las espadas. Digo las porque tire la casa por la ventana y le compre el conjunto entero, katana y wakizashi. Volando esta.

Pague y me fui. Creia que no veria mas a Yuko.

Luego fui al cine pero no me atrevi a entrar. La unica en ingles subtitulada era los 4 fantasticos y no me apetecia comerme un marron solo por hacer la gracia. Me fui al hotel a descansar porque la noche puede ser larga -aun no fue, claro, estoy en el aire-. Llegue a mi cuarto y, sorpresa, llaman por telefono.

Tarde unos segundos en entender lo que pasaba. Llamaban. Mi entendimiento no aceptaba la posibilidad de que me llamasen por telefono.

Era Yuko.



(...)




Pd: estaria bien dejar la historia aqui sin explicar nada mas pero eso seria, cuando menos, atentar contra la verdad porque pensariais de todo. La realidad suele ser bien sencilla, siempre, y esto fue verdad. Me habia dado mal el cambio -unos mil yenes de menos- y queria ir en persona al hotel a devolvermelos para subsanar su error. Intente persuadirla de que se tomase algo con ellos pero tampoco soy el jodido James Joyce del ingles asi que finalmente le deje hacer. A la hora, segun lo pactado, estaba puntual en la recepcion del hotel con un sobrecito y, educadamente, me dio mi cambio y se permitio una sonrisa ...y no venia vestida de colegiala ni de enfermera. Luego se fue, esta vez para siempre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De Carmen
Vaya, qué cousas que te pasan...
Ahí las dependientas parecen ser tan amables como aquí. Aquí lo son mucho, a veces da vergüenza salir de un sitio sin comprar nada :P.
¿Te dije que quería apuntarme a Kendo? Aquí en Zaragoza hay seis o siete sitios donde dan clases y yo quería ir. Aunque no creo que me apunte hasta el mes que viene, tengo que ver por cuánto me sale en el gimnasio más cercano, que está como a media hora de aquí andando (aquí todo queda lejísimos en comparación, aunque después de leer tus visitas urbanas en Japón, Zaragoza tiene que ser una aldea XDDD).

Anónimo dijo...

De Carmen
PD: Se me olvidaba. Lo de que las katanas de verdad son súper caras ya me lo sabía yo. Me habían comentado (en el pabellón de Japón en la Expo '92) que una normalita podía salir entre uno y dos millones de pesetas.

ramón dijo...

Ani.

Te juro que ayer le dio el tabardillo a mi camara por la noche y empezo a hacer unas fotos que te cagas, debe ser que aqui en Kioto hay mucha mas luz (por los miles de carteles luminosos) por la noche de lo que acostumbro... aun asi me parecio extranio. Comprobe las fotos al volver al hotel y salieron bien. Un misterio.

ramón dijo...

Bueno, aqui todos son amables casi sin excepcion... jeje

Anónimo dijo...

Bueno pues si ya esta hecho lo de la katana,muchas gracias jeje :)

Akiles