Me senté en la cama, apagué la luz y dejé las persianas abiertas para que la luz de la ciudad por la noche bañase el techo de mi cuarto. Pensé un rato a quién llamar en todo el planeta... pero no se me ocurrió nadie.
viernes, 30 de septiembre de 2005
Ciudad
Me senté en la cama, apagué la luz y dejé las persianas abiertas para que la luz de la ciudad por la noche bañase el techo de mi cuarto. Pensé un rato a quién llamar en todo el planeta... pero no se me ocurrió nadie.
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2 comentarios:
Pues va a ser que sí :P
Ya lo somos :)
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