Cuanto más grande es el mundo, más pequeño soy yo. Ver la ciudad desde arriba me recordó a Brasil; estaba en Sao Paulo en un hotel, piso treinta y algo, mi ventana ofrecía una vista parecida. Me llamaron de recepción y en perfecto inglés me dijeron que disponía de tres minutos de llamadas internacionales gratuitas por cortesía del hotel. Traté de darle las gracias en brasileiro y decir algo más pero ya habían colgado.
Me senté en la cama, apagué la luz y dejé las persianas abiertas para que la luz de la ciudad por la noche bañase el techo de mi cuarto. Pensé un rato a quién llamar en todo el planeta... pero no se me ocurrió nadie.
2 comentarios:
Pues va a ser que sí :P
Ya lo somos :)
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