jueves, 6 de octubre de 2005

Paso de peatones

El tópico de la soledad urbana se basa en que en cualquier instante podrías parar a alguien de manera aleatoria y decirle, oye tú, cómo te llamas, quién eres, quiénes son tus amigos, cómo es tu familia, qué cosas te gustan y cuáles odias, qué esperas de la vida. Tendría tantas respuestas como tú pero seguramente no te las daría, te tomaría por loco, se iría corriendo o llamaría a la policía. Como lo sabes bien, no lo haces. En vez de eso te vas respondiendo tú mismo. Y esa es la soledad urbana.

3 comentarios:

ramón dijo...

Jejej, todo tiene su truco en esta vida :)

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto, leyendo entre fotos, imágenes de un Japón de soledades y soliloquios, si fue un viaje de encuentro con uno mismo o con el resto, con una sociedad que, como muchas otras, vive hacia adentro.

Le veo un carácter constante de nostalgia, como si el regreso a casa hubiera sido un alivio, un descansar al fin en el mismo lugar que nos vió nacer.

Viajar (dicen) es descubrir, el resto es encontrar...

ramón dijo...

Yo no estoy seguro de qué buscaba.

Nunca estoy seguro de demasiadas cosas, aunque no lo parezca.