viernes, 7 de octubre de 2005

Mujer sentada

Lo malo de todo esto es la pose. Te sientas a escribir sobre tus fotos de Japón y en cuanto te descuidas te estás pasando de sabihondo. Yo estuve allí y lo vi -me veo escribiendo-, caminé descalzo por los templos y me guarnecí de la lluvia con un paraguas transparente bajo un tifón, comí sushi, soba y tempura casi todos los días y me perdí por los barrios de luces de Tokio, anduve en casas de paredes de papel de arroz, bebí saké frío en verano y té verde y agua del manantial de un volcán, me bañé en el Pacífico, vi cuervos que me devolvían la mirada encaramados en los altos techos de castillos, paseé por palacios imperiales y comprobé la puntualidad insolente del tren bala. Pero al final si hablase de todo eso sería como un falsete, un teatro. Todas esas cosas no tienen la menor importancia en mi vida, son simples recuerdos que se los lleva el tiempo, un accidente de tráfico o un cáncer mal encajado. Como casi todo, claro; así que al final no viajo para descubrir nada salvo lo que echaré de menos. A veces es toda una sorpresa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es realmente bonita esta foto, tan geométrica, con una luz tan maravillosa, que casi se puede tocar a esa mujer. Y dan ganas de llorar :P.

ramón dijo...

Si que tiene cierto toque de melancolía...

:)


Gracias...