domingo, 23 de octubre de 2005

Paso a nivel


Cuando pasa el tren el mundo se detiene, no necesito pestañear o respirar. Dejo de sentir frío o calor, olvido la preocupación acumulada, el cansancio de días, la sed, incluso el pulso interior. Todo se pliega. Es sólo un instante que siempre me recuerda a la primera vez que te vi.

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