Ayer fue el día de Jerusalén y fue increíble, nos pasamos el día
preguntándonos qué demonios pasaba que había judíos alegres por todas
partes, banderas, colegios, militares a cientos, bandas de muchachos
cantando la misma canción una y otra vez, hasta había un montón bailando
en corro en el muro de los lamentos donde finalmente nos enteramos de
qué iba el percal. Un taxi nos timó pero comimos en un sitio de barrio
espectacular donde el camarero era del Real Madrid. A las 3 de la mañana
empezaron unos cánticos aleatorios que mi mente dormida asignó a los
coptos, sabe dios por qué. Sin pegar ojo, claro --
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