Hemos llegado a Masada, que es una fortaleza donde los zelotas judíos
resistieron a las legiones romanas y pasó como en Asterix pero con el
guión reescrito por Shakespeare, o sea que al final se suicidaron todos.
Para los que estuvieron en Roma alguna vez, el arco de Tito conmemora
la victoria romana. Subiré a las cuatro de la mañana para ver amanecer
desde lo alto y los brillos del sol sobre el Mar Muerto donde, por
cierto, nos bañamos hoy. Y así estamos en medio de la nada mirando las
montañas de Jordania, en un bar a reventar de cervezas sin alcohol, como
en una canción de Sabina pero reescrita por mi.
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