En las Médulas los romanos reventaron el paisaje buscando oro y encima les quedó algo bonito, casi con apariencia natural. Los pasadizos horadados por el agua de las minas no tienen paredes calizas duras ni estalactitas colgando como una cueva de verdad, pero son oscuras y frías que al final es lo que importa. Paseando por ahí me pregunté qué cosas a las que estamos acostumbrados serán raras en el futuro, si llegará un día en el que alguien encuentre un basurero del siglo XXI y escriba una tesis acerca del
Utillaje en los tiempos del Sida.
1 comentario:
La hice desde dentro, en lo más alto que se puede estar...
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