lunes, 26 de diciembre de 2005

Hombre bajo una puerta


En los templos es casi imposible no acabar haciendo alguna foto de turista. Vi que a muchos les entra el afán expoliador mezclado con una ansiedad voraz de retratar cada columna, cada muro, todas las puertas, obeliscos y tumbas que encuentren a su paso. Ni siquiera saben lo que registran pero lo hacen, aquí, allí, el techo, el suelo, otra vez aquí, cámaras de vídeo, cámaras compactas, reflex, digitales, de cartón de un sólo uso, teléfonos con memoria, un arsenal de cacharrería que impide que la gente pasee con serenidad entre las columnas e imagine mundos antiguos en los que el sol era un dios y la muerte casi un sueño.

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