domingo, 26 de junio de 2016

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Un señor me contó que Neum (la ciudad en la que estamos) significa "no mente" (ne-um), es decir: sinsentido. ¿Qué clase de nombre es ese? Compite claramente con un lugar de Chile que encontré una vez en una de mis exploraciones exhaustivas: la bahía inútil. Está al sur, la llamaron así porque no vale para nada. 

Ayer amaneció con unos truenos fortísimos y cielo azul. Deduje que la tormenta estaba lejos y que el mar y la garganta formada por la docena de islas nos traían el sonido amplificado y mi sentido gallego me hizo pensar que en realidad los relámpagos y la lluvia jamás los veríamos. Así fue.

En este hotel soviético te cambian las sábanas a las siete de la mañana, salí en vano a decirles que no lo hicieran (Cecilia y yo competimos para ver quién es más desordenado y no es plan, pero estas dos madres balcánicas decidieron por nosotros y asaltaron el cuarto toallas en mano pese a mis ruegos). Hoy Ceci está mirando en el traductor de google cómo decirles que nos dejen en paz, por dios.

Durante el día exploramos lo que pudimos, nos bañamos repetidas veces, comimos marisco, vimos unos bailes tradicionales (que se parecen sorprendentemente a los de Galicia incluso en pequeños detalles) y acabamos hablando con una ministra del país y la embajadora de Estados Unidos en Bosnia-Herzegovina. El surrealismo, al igual que los truenos, se desplaza por el mar y nos envuelve hora tras hora.

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