lunes, 13 de junio de 2016

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¡Menuda sorpresa cuando vi la fachada de St. Pierre y resultó neoclásica en vez de gótica!

(nota mental: nada es perfecto)

Superado el fastidio entré y lo cierto es que la catedral por dentro es espectacular y más si uno sube a las torres y techos a los que se accede por estrechas escalinatas espirales con arcos apuntados que conducen a un pequeño laberinto de campanarios, balconadas medievales y bajotechos que te trasladan a épocas preindustriales donde más de un monaguillo se tuvo que joder a todas horas para ir y dar el campanazo ya sin aliento.

Salí maravillado y no sabía que aún me esperaba lo mejor: el yacimiento arqueológico bajo la catedral que fué construida encima de otras tres basílicas anteriores. Allí abajo tuve un ejemplo de la forma de ser local cuando le pregunté al que vende las entradas (en inglés):

-¿Habla usted inglés?
- A veces.

Al salir de ahí estuve haciendo fotos y se puso a llover de modo que entré a comer algo en una tasca (un crépe de espinacas). No acabo de decidir qué prefiero: que todo esté abierto en domingo, como en Nueva York, o este asunto europeo de que todo cierre (y la gente descanse).

Dejó de llover y volví al lago que estaba lleno de cisnes y patos. Mientras hacía fotos un grupo de chinos se sentó cerca y me di cuenta de que los entendía, hablaban un inglés muy raro pero inglés. Descubrí horrorizado que estaban discutiendo si estaba más rico el cisne o el pato, una argumentaba que el cisne tenía más carne y un chico le contestaba que el pato era más jugoso. Mientras hablaban esto se hacían selfies con el palito y los pobres animales salían de fondo. Ya sé que los humanos comemos carne a veces pero me parece un poco demasiado mirar al agua y en vez de aves bajo el sol ver patos laqueados, cisnes al horno y sushi sumergido...

Al rato me personé en la estación de ferrocarril donde una pareja de borrachos discutía y un tipo me preguntó si era musulmán (le dije que no en árabe, no me pude contener). Tren y aeropuerto donde al cabo de un rato llegó Cecilia tan guapa y alegre como siempre.

Nos fuimos juntos a Francia (donde estamos ahora)

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