No sabía que los catalanes celebran el San Xoan con petardos y bombas pero me quedó bastante claro, aún a las cuatro o cinco se escuchaba alguna explosión ocasional entre las calles desordenadas del Raval.
Salimos de casa a las seis y algo, al amanecer. Al abrir la puerta de la calle creí ver a una niña con otras dos personas, lejos. Sin embargo cuando caminamos con las mochilas en esa dirección resultó que la niña no era tal sino una prostituta bastante envejecida; iban con un señor gigante que ni nos miró. Me impresionó el contraste.
Encontramos un taxi y mientras nos llevaba al aeropuerto pudimos ver lo magnífica que es la ciudad. Recordé entonces a mi escritor favorito, Jaime Gil de Biedma, y su poema "Barcelona ja no es bona". El bueno de Jaime era abogado y trabajaba para Tabacalera en Filipinas (de donde son muchas cosas que los españoles no sospechamos como por ejemplo la cerveza San Miguel). Se follaba a todo lo que se movía y escribía como dios. De vuelta a España trató de ingresar en el Partido Comunista pero lo rechazaron por ser homosexual. Creo que murió en los años ochenta, de sida (uno de los primeros). Hace poco me enteré que era tío abuelo de Esperanza Aguirre, o algo así, lo cual de ser verdad tiene cierta ironía.
Hace años le comenté a una amiga que me gustaba Biedma y asumió que yo era gay. Es como si tuvieses que ser mujer para que te guste Virginia Wolf o haber nacido en Brooklyn para poder leer "Hojas de hierba". Me lo dijo un día y me reí de ella (no le hizo gracia).
Ahora comemos nueces catalanas y alfajores de maicena en la puerta de embarque a Dubrovnik. En un rato despegamos, adiós San Xoan, putas, Raval, Biedma, Barcelona, Reino Unido.
Salimos de casa a las seis y algo, al amanecer. Al abrir la puerta de la calle creí ver a una niña con otras dos personas, lejos. Sin embargo cuando caminamos con las mochilas en esa dirección resultó que la niña no era tal sino una prostituta bastante envejecida; iban con un señor gigante que ni nos miró. Me impresionó el contraste.
Encontramos un taxi y mientras nos llevaba al aeropuerto pudimos ver lo magnífica que es la ciudad. Recordé entonces a mi escritor favorito, Jaime Gil de Biedma, y su poema "Barcelona ja no es bona". El bueno de Jaime era abogado y trabajaba para Tabacalera en Filipinas (de donde son muchas cosas que los españoles no sospechamos como por ejemplo la cerveza San Miguel). Se follaba a todo lo que se movía y escribía como dios. De vuelta a España trató de ingresar en el Partido Comunista pero lo rechazaron por ser homosexual. Creo que murió en los años ochenta, de sida (uno de los primeros). Hace poco me enteré que era tío abuelo de Esperanza Aguirre, o algo así, lo cual de ser verdad tiene cierta ironía.
Hace años le comenté a una amiga que me gustaba Biedma y asumió que yo era gay. Es como si tuvieses que ser mujer para que te guste Virginia Wolf o haber nacido en Brooklyn para poder leer "Hojas de hierba". Me lo dijo un día y me reí de ella (no le hizo gracia).
Ahora comemos nueces catalanas y alfajores de maicena en la puerta de embarque a Dubrovnik. En un rato despegamos, adiós San Xoan, putas, Raval, Biedma, Barcelona, Reino Unido.
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