Caminamos por el desierto de arena roja durante horas. Comprendimos muchas cosas, el sentido del silencio extremo, la belleza de ver un amanecer de luna alli perdidos, la enormidad de las distancias que parecen cortas pero no lo son -como yo y los demas-, el placer de tirarnos en la arena para ver las estrellas, solos, muy solos. Por mi parte tuve la certeza de que asi seria mi vida en adelante, grandiosa y vacia.
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