Paseamos por el malecón y vimos que sólo había chinos pescando. Nos comimos unos aros de cebolla y maíz tostado. Las calles vacías, la noria cerrada, los pabellones con lonas de plástico silenciosos y fatuos: ese es el invierno de las atracciones y casetas de tiro. Y la playa triste como lo son todas en esta época. En realidad como lo son todas siempre, por eso nos gustan.
Porque nos atrae lo inmenso y lo misterioso.
2 comentarios:
Coney Island. Lou Reed y Moscú. Curioso. Y en breve tú y yo. Espero.
ksss. Biquiños, I mean.
:)))
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