jueves, 17 de diciembre de 2009
Chico
Algo brillante, superior a mi mismo. Plagiado, si cabe, no importa. ¿Sincero? ¿Puede ser? Quizás no. Ya somos perros viejos como para eso, se nace o nada. Las ganas de llorar vienen solas, no pueden provocarse; pues igual. Así que cierra los ojos por una vez y dime que no es verdad, que en el fondo sientes y padeces como todo dios, dime que es una pose forzada. Dime que has aprendido de una vez por todas. Estabas allí sintiendo cosas que eras nuevas y viejas. Él te acompañaba. Te dijo que le hicieses fotos porque se sentía guapo y allí estabas en tu hogar de infancia/pubertad/adolescencia/blablabla en el desván en el que dormías -plagado de chinches, pero eso aún no lo sabías- haciéndole fotos. Todo porque quería sentirse mejor para el futuro y para afrontar el noviazgo italiano. Irá bien, pensaste, y te alegraste de veras. Como nunca lo haces por tí mismo. Es muy gallego eso, cocinar para los demás. Y te sentaste allí pensando en lo que había sido tu vida hasta aquel momento, en las noches en aquel cuartucho mal iluminado con fotografías en blanco y negro de tus antepasados en las paredes lisas, arcones de arce, colchones de espuma, almohadas de plumas, lámparas de pera, puertas de doble hoja, todo compuesto como tú mismo. Y el olor a lugar viejo y polvoriento, al aceite y el carbón del brasero, al jabón de la abuela, a los trajes sin usar y a los disfrazes de nazareno. A todas esas cosas que son una vida para tí y nada en absoluto para los demás, sólo palabras. Nada significa, para nadie que no seas tú, el alambre de colgar la ropa en el que siempre te chocabas, el baldosín suelto, la pared de cal o los pinchos del limonero. O aquellas noches -preciosas- en las que te tumbabas mirando el techo gris y pensando en Bárbara y preguntándote por qué demonios no te quería -no lo hacía-. Y años después esas paredes dando vueltas por culpa del tequila. O parcas y austeras cuando murió el abuelo -no te lo creías-. Hasta llegar a hoy por el camino del tiempo, como un sueño que por fin remata en un sonido lejano de un despertador que es ahora, ya, justo en este momento en el que Edu está en la pared sin la camiseta y te dice que le hagas una foto. Crees que es el momento. Pero te estás engañando, como tantas veces. Porque cuando vuelves a pensar en ello han pasado meses, él está lejos en la bota o Granada o Madrid o sabe dios donde -no sabes ni cómo echarle de menos- y tú aquí en Nueva York, solo en tu escritorio con la luz tenue y el frío mortal fuera en pleno invierno sin serlo todavía y consciente de que esto, pronto, volverá a su vez a ser un simple recuerdo donde sólo importarán dos o tres detalles de la escena: la cerveza a un lado, las pumpkin seed que picoteas, la mantita del Ikea, la luz esférica, la música suave, el teclado en español, sabe dios porque la memoria es caprochosa, como la vida, y ahora mismo impredecible. Podría decantarse por cualquier cosa inesperada y a joderse. No te preocupes. Estos eran esos tiempos de Laura y los amigos perdidos en España, de las cartas de Hacienda, de los partidos de fútbol indoor y los escritos delirantes en el Livejournal en los que nuna releías ni, por descontado, borrabas nada. Escritura automática, le llaman. Gente más lista que tú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Mi gato, estaba soniando dormido encima de mis piernas, y tu me has hecho soniar despierta con tiempos y gente que nunca volveran. Anioro muchas cosas del mismo lugar y puedo llegar a entenderte, aunque con otro punto de vista. De cualquier manera lo mas dificil es encontrar tu sitio en la vida, en NY o en el fin del mundo, por muchos obstaculos que nos encontremos en el camino, que los habra, lo que realmente importa es ser feliz, si no... que sentido tiene?
No nos despedimos... mejor, no me gustan las despedidas, y por supuesto nos volveremos a ver, todavia me debes una cania, que no se me olvida... jaja!
Desde Augsburg muchos besos.
Bln.
el otro dia pase por delante de la casa de mis abuelos, y me di cuenta que la estaban tirando. Me acerque alos cascotes y escombros y encontre un trompo tio que era mio xD no daba credito, tenia marcas de bechos, ¿te acuerdas de ese juego? Madre mia que subidon medió.El tompo tendra unos 24 años y eso me hizo recordar, fue muy agradable.supongo que es como esa sesacion que describes
si, es como eso aunque la historia del trompo es mucho mejor, yo lo guardaria y se lo daria a mis hijos jejejej
que tal va todo?
:)
aqui todo bien, por lo que se ve en la tele tu congelado jajajaja. A por cierto aunque no te gusta feliz navidad, un saludo
Publicar un comentario