Dicen que las cosas que hacemos hablan de nosotros mismos. De lo que yo hablo es de un mundo más nostálgico y misterioso que el real, un mundo de mentira, de perfectas baldosas rotas, sin tiempo, borroso y -sobre todo- distante.
Muy buenas Ramón, especialmente la del niño...al que me ha costado reconocer en medio del caos de barcas ancladas en el pequeño puerto de un pequeño pueblo....quizás?
2 comentarios:
Muy buenas Ramón, especialmente la del niño...al que me ha costado reconocer en medio del caos de barcas ancladas en el pequeño puerto de un pequeño pueblo....quizás?
Muchas gracias por tu comentario María :)
Si, es el puerto de Essauira en la costa marroquí.
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