>En unos minutos el planeta nos transportará a través del solsticio de invierno con una inclinación de 23 grados y 27 minutos. Por las mañanas tendremos a Marte, Júpiter y Saturno en el cielo. Por las tardes podremos avistar Urano y Venus.
Según estipuló el señor Johannes Kepler en 1609, cuando un planeta atraviesa su perihelio (es decir, que está más cerca del Sol) se mueve más rápido que cuando se encuentra en su afelio (o más lejos del Sol). Ya que nuestra órbita es elíptica (en realidad es espiral, pero eso es otro tema) y no está totalmente centrada, el invierno es más corto en el hemisferio norte que en el sur.
Cuando perciban que hoy la noche es larga piensen en el espacio sideral, en el señor Kepler que meditaba sobre todo esto con simples deducciones matemáticas y esquemas teóricos, el mismo año en el que Galileo Galilei presentó su telescopio en Venecia y en España (que estaba en guerra con los Países Bajos) expulsábamos a los moriscos por orden del Felipe III. Caravaggio pintó ese años su "Salomé con la cabeza del Bautista", Lope de Vega publicaba "La Jerusalén conquistada" y William Shakespeare acabó sus "Sonnets".
Pero aún más. En ese buen año de Kepler en Logroño la Inquisición empezaba un famoso juicio llamado de las "brujas de Zugarrarmurdi" donde por primera vez se sospechó oficialmente que los condenados a la hoguera no habían hecho nada malo y la Iglesia admitió su error. Varsovia se convertía en capital de Polonia, el señor Drebbel inventaba el termostato y la Compañía Holandesa Oriental de Indias empezó a traer té a Europa. En América el explorador Hudson llegó a la bahía del Delaware, los indios Hurones y Iroquois estaban en guerra. En Japón, el Reino de Ryukyu fue invadido.
Todo esto me hace pensar en lo poco conscientes que somos de lo que nos rodea. Pienso en el año 1609 y quizás -quizás- mientras tanto algún compañero en el trabajo llora porque se le murió el perro anoche, otro se arruinó con el bitcoin, otro busca pareja en Tinder, otra acaba de recibir una carta del Senado o le duele la cabeza o se acostó con la mujer de su hermano que sufre alopecia y se compró un barco de un millonario de Rhode Island al que mordió un tiburón en la mano izquierda perdiendo un anillo heredado de su bisabuela llegada del sur de Alemania donde tenían rebaños y hacían queso en las orillas del Danubio, precisamente del mismo tipo que solía comer en Ratisbona el señor Kepler.
> Ayer vi a una señora en el tren a la que llamaban por teléfono. Durante un milisegundo vi su pantalla y ponía "husband", es decir "marido". Me pareció un desafecto muy serio y pasan las horas y no me lo quito de la cabeza. No dejo de imaginar el resto de su agenda: hermana, hijo 1, hija 3, mejor amiga, panadero, abogado, pizzería, iglesia de la segunda llegada.
Ahora me siento mal, pobre mujer.
Según estipuló el señor Johannes Kepler en 1609, cuando un planeta atraviesa su perihelio (es decir, que está más cerca del Sol) se mueve más rápido que cuando se encuentra en su afelio (o más lejos del Sol). Ya que nuestra órbita es elíptica (en realidad es espiral, pero eso es otro tema) y no está totalmente centrada, el invierno es más corto en el hemisferio norte que en el sur.
Cuando perciban que hoy la noche es larga piensen en el espacio sideral, en el señor Kepler que meditaba sobre todo esto con simples deducciones matemáticas y esquemas teóricos, el mismo año en el que Galileo Galilei presentó su telescopio en Venecia y en España (que estaba en guerra con los Países Bajos) expulsábamos a los moriscos por orden del Felipe III. Caravaggio pintó ese años su "Salomé con la cabeza del Bautista", Lope de Vega publicaba "La Jerusalén conquistada" y William Shakespeare acabó sus "Sonnets".
Pero aún más. En ese buen año de Kepler en Logroño la Inquisición empezaba un famoso juicio llamado de las "brujas de Zugarrarmurdi" donde por primera vez se sospechó oficialmente que los condenados a la hoguera no habían hecho nada malo y la Iglesia admitió su error. Varsovia se convertía en capital de Polonia, el señor Drebbel inventaba el termostato y la Compañía Holandesa Oriental de Indias empezó a traer té a Europa. En América el explorador Hudson llegó a la bahía del Delaware, los indios Hurones y Iroquois estaban en guerra. En Japón, el Reino de Ryukyu fue invadido.
Todo esto me hace pensar en lo poco conscientes que somos de lo que nos rodea. Pienso en el año 1609 y quizás -quizás- mientras tanto algún compañero en el trabajo llora porque se le murió el perro anoche, otro se arruinó con el bitcoin, otro busca pareja en Tinder, otra acaba de recibir una carta del Senado o le duele la cabeza o se acostó con la mujer de su hermano que sufre alopecia y se compró un barco de un millonario de Rhode Island al que mordió un tiburón en la mano izquierda perdiendo un anillo heredado de su bisabuela llegada del sur de Alemania donde tenían rebaños y hacían queso en las orillas del Danubio, precisamente del mismo tipo que solía comer en Ratisbona el señor Kepler.
> Ayer vi a una señora en el tren a la que llamaban por teléfono. Durante un milisegundo vi su pantalla y ponía "husband", es decir "marido". Me pareció un desafecto muy serio y pasan las horas y no me lo quito de la cabeza. No dejo de imaginar el resto de su agenda: hermana, hijo 1, hija 3, mejor amiga, panadero, abogado, pizzería, iglesia de la segunda llegada.
Ahora me siento mal, pobre mujer.
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