> Estoy en un bar italiano en frente del Flatiron y me
veo forzado por las circunstancias a sacar mi bloc de notas y escribir esto
para no olvidarme. Mientras degustaba un café se acerca una pareja de turistas -creo
que americanos- y miran la carta en la pared. El chico/señor le dice a la
camarera negra:
-Por favor, un... ¿expresso?
-¿lo quiere usted doble o single?
-¿lo quiere usted doble o single?
El chico/señor se gira a su mujer y le dice -¿quieres algo?-
y ella niega. Por tanto se vuelve y responde:
-Que sea single.
Ardo por decirle al chico/señor que un café doble no son dos pero me reprimo mirando a una mujer asiática que acaba de llegar, me da un codazo en las costillas, pide un nosequé y luego mientras espera recoloca la cucharilla para que no apunte en su dirección (una costumbre China, que da mala suerte).
Ardo por decirle al chico/señor que un café doble no son dos pero me reprimo mirando a una mujer asiática que acaba de llegar, me da un codazo en las costillas, pide un nosequé y luego mientras espera recoloca la cucharilla para que no apunte en su dirección (una costumbre China, que da mala suerte).
Al irme dejo mi cucharilla enfilada para que se joda por el
codazo.
> A veces me digo a mí mismo que Times Square no es un
sitio tan nefasto, que sólo es gente, pantallas gigantes y algo de ruido. Pero
no: es mercadotecnia nivel porno, lucecitas, engañabobos y caspa grasa fritanga
telele socorro. Me da algo.
Ayer sin ir más lejos pasé por allí y donde Broadway se
cruza son la 7ª Avenida habían puesto un piano para que lo toque el que quiera (que
no el que pueda). Pues nada, una chica morena con nariz judía estaba interpretando
el jodido Impromptus D935 de Schubert. Y la gente pasando sin más.
> Al salir de una tienda le sostengo una puerta a una
señora. Luego viene su hija. Y el chaval. Finalmente -y mucho más lento- un
señor mayor de unos ochenta años. Aguanto estoicamente. Según cruza el señor,
con una voz grave de ultratumba, melódica, suave, tierna, me susurra casi al oído:
-Thank you very much, you are a gentleman.
Yo no sé qué tenía ese señor en la voz pero me hizo sentir
como si acabase de curar el cáncer o algo así.
> Hoy fui a comprar leche de soja y al entrar en el
portal había dos vecinas vestidas de fiesta mirándose en el espejo y colocándose
las tetas. Una de ellas me vio y le dio la risa.
> Se puso a llover en la ciudad de una forma loca. Qué bonitos
son los charcos iridiscentes y las riñas por los taxis a grito pelado.
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