> No había puta manera de estar en casa con el escándalo que montaba la cabalgata del Día del Orgullo Gay pasando por la Quinta Avenida, que está como a treinta metros de mi portal. Se veía un follón de campeonato, gritos, aplausos, banderas de colores y toda la pesca. Me acerqué con la cámara a sacar un par de fotos pero sentí cierto desánimo creativo. Me gustan las fotografías espontáneas y allí todo el mundo, el público, los gays, las lesbianas, los transexuales, los asexuales, los disfrazados, los curiosos, los borrachos, músicos, policías, femmes, osos, colectivistas e incluso refugiados, católicos pro-GLBT, operadas, pre-operadas, pelucas, implantadas, o incluso meros simpatizantes, pero a fin de cuentas todos, eran conscientes y partícipes y voluntarios en una suerte de macrofotografía colectiva. Mi espíritu de cazador se encontró vituperado; no había nada que pescar, allí las imágenes te asaltaban a ti. Sácame una foto, gritaban. Demasiado alto para mi gusto. Así que me fui.
> Recordé entonces con media sonrisa cuando Cecilia en Cuzco pensó que había mucha gente a favor de los homosexuales porque veía en las ventanas banderitas arcoiris. Luego descubrió que no, que era la bandera Inca. Nos reimos un buen rato con eso. Tampoco es que los incas tuviesen bandera exactamente, en realidad es un invento de 1973, de una emisora peruana llamada Radio Tawantinsuyo. La idea gustó y ahora es algo común allí, gorritos, banderas, pegatinas, camisetas y todo eso. Tiene siete colores. La bandera gay empezó teniendo ocho y fue inventada en 1978 por el ex-soldado californiano Gilbert Baker aunque luego fue rediseñada (porque con los colores que tenía se veía mal en los postes de San Francisco) y pasó a tener seis y llamarse LGTB (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales). Tras el asesinato de Harvey Milk, la bandera se consagró.
Pues nada, que a algunos peruanos no les hace mucha gracia la coincidencia ésta y hay grupos que piden que se olvide el temita de la bandera inca, por muchos gorros que venda. Yo me muero de risa.
> Intentando salir del "parade", como le dicen aquí algunos, me vi atropellado por un señor robusto con una prisa loca. Según me puso el brazo en la cara me dijo "excuse me!!" como si encima fuese culpa mía el existir. Iba dando codazos a diestro y siniestro, un maleducado de cojones. Al verme pisoteado por el mamarracho la ira se apoderó de mi persona y por una vez no me contuve. Le seguí. Continuó igual hasta que llegó a una zona más abierta. Allí se relajó y su prisa se desvaneció como por arte de magia. Y de repente, zas, se llevó un codazo. Pasé a su lado como una centella y según le empujaba le dije "excuse me!!". El tipo no supo qué decir y yo me marché con una sensación de éxito kármico absoluto que tardó horas en desaparecer.
> Pasando por la 48 he visto que los niños del barrio se suben a las bicicletas que hay para alquilar. Como no tienen dinero juegan sobre ellas atrancadas y esquivan coches invisibles a velocidades imaginarias.
> Hoy caminaba rumbo a la estación por Madison cuando cambió el viento y me aplastó un horrible hedor a orines añejos. Había pasado demasiado cerca de una cabina telefónica. Mucha gente no sabe que en Nueva York aún hay teléfonos públicos pero si ves a alguien en ellos es muy poco probable que lo esté usando para llamar a su abuela. Los tíos -porque nunca vi a una mujer hacer esto- se ocultan con la tarima y mean en un vaso del starbucks que luego dejan allí. La cosa queda calentándose bajo el sol de rigor produciendo un olor espantoso, 95% de agua, 2% de sales minerales, 3% de urea igual a 100% de asco.
Para mitigar el desagrado me consuelo pensando que la urea fue descubierta por el holandés Herman Boerhaave en el año 1727. En esa fecha se introdujo el café en Brasil, llegó el primer Amish a territorio americano y fue quemada la última bruja en la historia de las islas británicas, la desafortunada Janet Horne. Y un terremoto en Persia mató a 77.000 personas.
Mediten sobre ello la próxima vez que visiten el cuarto de baño.
> Recordé entonces con media sonrisa cuando Cecilia en Cuzco pensó que había mucha gente a favor de los homosexuales porque veía en las ventanas banderitas arcoiris. Luego descubrió que no, que era la bandera Inca. Nos reimos un buen rato con eso. Tampoco es que los incas tuviesen bandera exactamente, en realidad es un invento de 1973, de una emisora peruana llamada Radio Tawantinsuyo. La idea gustó y ahora es algo común allí, gorritos, banderas, pegatinas, camisetas y todo eso. Tiene siete colores. La bandera gay empezó teniendo ocho y fue inventada en 1978 por el ex-soldado californiano Gilbert Baker aunque luego fue rediseñada (porque con los colores que tenía se veía mal en los postes de San Francisco) y pasó a tener seis y llamarse LGTB (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales). Tras el asesinato de Harvey Milk, la bandera se consagró.
Pues nada, que a algunos peruanos no les hace mucha gracia la coincidencia ésta y hay grupos que piden que se olvide el temita de la bandera inca, por muchos gorros que venda. Yo me muero de risa.
> Intentando salir del "parade", como le dicen aquí algunos, me vi atropellado por un señor robusto con una prisa loca. Según me puso el brazo en la cara me dijo "excuse me!!" como si encima fuese culpa mía el existir. Iba dando codazos a diestro y siniestro, un maleducado de cojones. Al verme pisoteado por el mamarracho la ira se apoderó de mi persona y por una vez no me contuve. Le seguí. Continuó igual hasta que llegó a una zona más abierta. Allí se relajó y su prisa se desvaneció como por arte de magia. Y de repente, zas, se llevó un codazo. Pasé a su lado como una centella y según le empujaba le dije "excuse me!!". El tipo no supo qué decir y yo me marché con una sensación de éxito kármico absoluto que tardó horas en desaparecer.
> Pasando por la 48 he visto que los niños del barrio se suben a las bicicletas que hay para alquilar. Como no tienen dinero juegan sobre ellas atrancadas y esquivan coches invisibles a velocidades imaginarias.
> Hoy caminaba rumbo a la estación por Madison cuando cambió el viento y me aplastó un horrible hedor a orines añejos. Había pasado demasiado cerca de una cabina telefónica. Mucha gente no sabe que en Nueva York aún hay teléfonos públicos pero si ves a alguien en ellos es muy poco probable que lo esté usando para llamar a su abuela. Los tíos -porque nunca vi a una mujer hacer esto- se ocultan con la tarima y mean en un vaso del starbucks que luego dejan allí. La cosa queda calentándose bajo el sol de rigor produciendo un olor espantoso, 95% de agua, 2% de sales minerales, 3% de urea igual a 100% de asco.
Para mitigar el desagrado me consuelo pensando que la urea fue descubierta por el holandés Herman Boerhaave en el año 1727. En esa fecha se introdujo el café en Brasil, llegó el primer Amish a territorio americano y fue quemada la última bruja en la historia de las islas británicas, la desafortunada Janet Horne. Y un terremoto en Persia mató a 77.000 personas.
Mediten sobre ello la próxima vez que visiten el cuarto de baño.