lunes, 25 de agosto de 2014
hombre
El domingo cumpliré cuarenta años e indefectiblemente me sentiré mal. Me
encantaría ser especial y que me importase una mierda pero al final soy
como todo el mundo -humano- y resulta que no me quiero morir. Tendré mi
pataleta, para eso me la he ganado manteniéndome vivo todos estos años a
pesar de los buses en la India, la ola que me estrelló contra los
acantilados, el tarado que casi me mata en Nepal, aquel mal salto en la
piscina, el coche sin conductor que por poco me aplasta o mis
inumerables intentos de romperme la crisma en la sierra: todo ha ido
bien. Lo mejor y lo peor es que es irrelevante porque sólo cuenta el
presente, así que la vida -en este instante- es sudor, dolor de pies,
sonido de ventiladores, gafas sucias, una pizca de sed y sueño y, en un
abrir y cerrar de ojos será pasta de dientes, colchón del ikea y esa
semioscuridad que sólo tienen las noches de Nueva York. Me dormiré y el
laberinto de fachadas, escaleras, asfalto, ladrillo, cristales, acero,
más calles coches camas colchones luces bombillas cables viento hojas
una bandera antenas nube nube nube viento y luego el vacío y las
estrellas y no importa lo lejos que viajes no habrá escapatoria y
cumplirás esos cuarenta, quien sabe si la mitad del juego.
jueves, 14 de agosto de 2014
mujer sentada
Si lo piensas bien -por eso de ser honestos- no caminabas por la calle y
de repente te encontraste una polaroid en bolsillo salida de la nada.
De hecho nunca es así. Aquella tarde subías por Madison y estaba esa
señora ahí sentada, al principio pasaste de largo viendo la imagen y no
hiciste nada. Fue ya cuando te alejabas varios metros cuando la idea de
ignorar la foto se hizo insoportable; por eso agarraste la Canon que
llevabas al costado, ajustaste la luz (tuviste la mínima decencia de
permitirte un único intento), volviste sobre tus pasos, tomaste aire, te
giraste pegando los codos al cuerpo mientras entrabas en el mundo
oscuro del visor y en un cuarto de décima de segundo clic.
Volviste al paseo, te esperaban. Bajaste la mirada.
Volviste al paseo, te esperaban. Bajaste la mirada.
hombre sentado
No es que sea una semana mala ni nada así. Simplemente salimos del cine
de ver Boyhood en la calle 8 con la Sexta y en el camino a Union Square,
que son apenas seis calles, nos cruzamos con toda una serie de
personajes comunes allí. Un tipo desnudo, varios homeless, un pobre
hombre con vendas en los pies y un sinfín de gente necesitada, todo eso
en medio de hipsters metrosexuales y algún que otro gordo chungo de
estos que van a los diners, la vieja rancia con el perro y otra ronda de
pobres en las esquinas, en las paradas de metro, en los semáforos y
alguno que otro comiendo en el suelo las sobras de otro. Esto es Nueva
York, señores y señoras. Lo demás es verso.
jueves, 7 de agosto de 2014
lunes, 4 de agosto de 2014
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