Hoy caminamos varias horas con los bao babs a ambos lados. Llegamos a un poblado al caer la tarde y alli vimos a un hombre que vendia cocos. Intentamos comprar un par pero no queria porque era Ramadan y no se puede comer o beber durante el dia. Le dijimos que nos esconderiamos entre las cabania -de adobe- y alli fuimos con nuestros dos cocos. Nos sentamos. Nos los bebimos. Aprendimos a rebaniar la pulpa. Se acercaron los ninios y nos reimos todos en la ultima esquina del planeta donde jamas sucede nada.
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