sábado, 18 de agosto de 2007

Juego

Piensas que lo controlas todo o como poco una parte, la importante, claro. Y así siempre pero nunca encaja nada. Esto es provisional –estás seguro-, sólo es una mala racha. Pero un mediodía de un sábado cualquiera abres los ojos y miras a tu alrededor: libretas gastadas de pasta negra -todas llenas de apuntes inconexos, garabatos, cartas tachadas que jamás enviaste y muchísimas notas intentando explicar qué fue lo que no funcionó-, zapatillas en el suelo –varias, ninguna te gusta del todo-, libros a medio leer –todos con un marcapáginas bien puesto, como en todo lo demás pero de papel-, docenas de cedés grabados que no piensas mirar, fotos acumulando polvo, cartas de hace veinte años, mapas –muchos- para no estar perdido, tarjetas y pasaportes –como veinte-, papeles, calcetines desparejados en una esquina, cables, sobres y llaves.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando leí tu comentario de inmediato me vino a la mente un poema de Borges titulado "las cosas" allí enumera entre otras: el llavero, las tardías notas...,un libro, atlas... (varias coinciden, verdad?) para terminar diciendo:

"¡Cuántas cosas...
Nos sirven como tácitos esclavos
Ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
No sabrán nunca que nos hemos ido".

N. :)