domingo, 22 de abril de 2007

Niña jugando (última de la serie)

En París traté de dejar de ser yo durante unos días para hacer fotos un poco diferentes pero no me gustaron mucho. Supongo que tarde o temprano hay que aceptarse en lo bueno y en lo malo. Nunca haré fotos distintas. Nunca me gustará la salsa de churrasco. Jamás me compraré un disco de Silvio Rodríguez. No volveré a creer en dios, ni comeré langosta en el Sheraton, ni jugaré bien al baloncesto me ponga como me ponga. Ella no llamará ni -pase lo que pase- me cruzaré nunca un hipopótamo por la calle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada fotografía que haces, la que más te gusta… o la que menos, incluso aquella foto de postal que te da grima hacer porque es la típica que cualquier persona haría, es distinta cuando la haces tú. Es tuya, son tus ojos los que ven y los que transmiten la diversidad del espacio que tomas de la forma que tú quieres. Otros lo llaman magia.

No busques ser diferente… ya lo eres.