He olvidado una taza de té por algún lugar de casa, ya aparecerá. Y así
va la vida -me digo- posponiendo las cosas hasta que están frías.
Siempre me fascinó el proceso mental del olvido. Es algo que sabes y que, paulatinamente, no sabes. ¿O es brusco? Una niebla mental, borrosa, una idea difuminada. Trato de recordar lo que comí ayer. Lo sé. Y anteayer. Lo sé. Y sigo atrás y hay un punto en el que es como hacerse cosquillas en el cerebro, es confuso. No recuerdo lo que comí hace doce días, ni hace treinta, pero a fin de cuentas yo estaba allí. Y ese es un juego tramposo, tampoco recuerdo muchos nombres de importancia, números o alguna que otra contraseña. Las ideas están y de repente ya no. Punto.
Y zas -magia potagia- he olvidado el sentido de lo que escribía. Hasta es bonito.
Siempre me fascinó el proceso mental del olvido. Es algo que sabes y que, paulatinamente, no sabes. ¿O es brusco? Una niebla mental, borrosa, una idea difuminada. Trato de recordar lo que comí ayer. Lo sé. Y anteayer. Lo sé. Y sigo atrás y hay un punto en el que es como hacerse cosquillas en el cerebro, es confuso. No recuerdo lo que comí hace doce días, ni hace treinta, pero a fin de cuentas yo estaba allí. Y ese es un juego tramposo, tampoco recuerdo muchos nombres de importancia, números o alguna que otra contraseña. Las ideas están y de repente ya no. Punto.
Y zas -magia potagia- he olvidado el sentido de lo que escribía. Hasta es bonito.
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