lunes, 27 de diciembre de 2010

miércoles, 22 de diciembre de 2010

sin título



Cuando llega el hielo no hay forma de evitarlo. Lo disimulas con ropa y cara de póker.

lunes, 20 de diciembre de 2010

sin título



Es como cuando paras el coche en la cuneta y apagas el motor. Tardas unos segundos en escuchar el sonido del viento. Abres la puerta y acaricia tu cara y tu pelo. Sonríes.

jueves, 16 de diciembre de 2010

sin título



A veces perseguimos la perfección incluso sabiendo que no existe. Es una zanahoria como cualquier otra.

gente

miércoles, 15 de diciembre de 2010

sin título



Hacía un viento de mil demonios pero como no había ni un arbusto de referencia no me di cuenta hasta que no abrí la puerta del coche. Entonces el mapa de la isla salió volando disparado hacia el cielo. Salí corriendo tras él. Cinco segundos y creía que lo alcanzaría. Diez. Quince. A los veinte segundos estaba mucho más lejos y empecé a jadear del esfuerzo, y eso que el viento me ayudaba a correr como nunca. Finalmente me rendí. Vi la hoja de papel desaparecer en la distancia, una isla dentro de otra isla. Y quizás ese sea el mejor destino de todos, acabar -un buen día- volando por los aires.

mar y cielo

niña



Por algún motivo esta foto me recuerda a las que hacía hace tres o cuatro años. Seguramente peor que ahora, o al menos eso espero. Se trataba de personajes solitarios que parecían mirar a la cámara cuando en realidad todo era mentira. Olviden la ilusión, esta niña salía de una cafetería y se paró como un segundo a ajustarse un zapato o algo así, no recuerdo bien. Lo que es seguro es que no hubo más que un parpadeo de paz, y ahí me colé engañando a todos y a todo. Ya no me gusta tanto hacer eso, no como antes. Ahora prefiero fotografías con un cuento detrás, instantáneas de situaciones reales, no ficciones congeladas -y por lo tanto frías-.

martes, 14 de diciembre de 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

domingo, 12 de diciembre de 2010

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ciudad




Nada como caminar a solas por una colina oscura, al atardecer, la brisa cálida en tu cara.

Dos personas vendiendo boletos de lotería

martes, 30 de noviembre de 2010

sin título



Esto es un lugar al azar en San José.

Si lo pensamos bien la vida es aleatoria. Todos nuestros amigos, novias, compañeros de trabajo y vecinos están ahí por simple coincidencia; no hay nada especial que nos conduzca a ellos. No existen fuerzas invisibles ni el destino ni nada de nada. Uno que se sentó un día a nuestro lado en clase, o aquel que conociste en la cola del cine, o aquella chica que estaba tomando algo en aquel bar al mismo tiempo que tú. Y ya está, así funciona el mundo. Por lo tanto al hacer una foto al azar en un lugar cualquiera en realidad no sé si el que sale ahí será mi mejor amigo o la persona que me mate con su coche verde pistacho. O nadie. Nunca se sabe.

martes, 23 de noviembre de 2010

viernes, 12 de noviembre de 2010

sin título



Sales de casa, cruzas el East Village y llegas a Union Square, coges por los pelos el metro línea 5 o 4 (la RAE ya no deja poner tilde a esa o, era mi tilde favorita) hasta Bowling Green. Diez minutos o algo menos. Sales al parque desde donde ya ves el mar. A tu izquierda está el ferry. Corres porque va salir. Llegas a la rampa, el barco está allí con los motores encendidos. Entras. Tiene un aspecto entre cutre y usado. Mejor no mencionar el estado de los aseos. Son como veinte minutos tristes pasando al lado de la Estatua de la Libertad; alguien saca una foto que no vale para nada. Llegas Staten Island. Bajas con la multitud. Esperas el bus 84 pero resulta que no pasa en domingo. 74 pues. Miras el mapa. Está lejos, muy lejos. No hacen los planos a escala. Manhattan es enano comparado con esta isla que tiene campos de golf, parques, barrios y barrios donde hay mezquitas, judíos e incluso ves una iglesia baptista donde dan misa en mandarín. El 74 es brusco, lleno de personajes. Una mujer negra que grita. Un yankee joven con bastón y pinta de derrotado. Poco a poco se van bajando. Te mareas. Empiezas a pensar en vomitar cuando, de repente, lo ves. Pulsas el botón de parar. Zas. Abajo, junto a un puente y unas casas que no pueden ser más americanas, de madera pintada hace treinta años, banderas en el porche, adornos horteras, un Camaro del 73, un saloon de cerveza con una rubia fumando fuera. Tras las casas, en el canal que se llama Arthur Kill, el cementerio de barcos. Private property. Joder.

viernes, 5 de noviembre de 2010

jueves, 28 de octubre de 2010

martes, 5 de octubre de 2010

lunes, 27 de septiembre de 2010

sábado, 25 de septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

sábado, 14 de agosto de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

martes, 20 de julio de 2010

martes, 13 de julio de 2010

jueves, 8 de julio de 2010

martes, 6 de julio de 2010