lunes, 5 de octubre de 2009

Monos



En el sueño llegué a casa y donde antes estaba mi piano había otro más pequeño, con forma de L. Tenía un sonido bastante bueno, lo probé un rato hasta darme cuenta de que en realidad tenía menos teclas y, en el costado, otro teclado. Era un piano para dos. Se me hizo muy raro y empecé a llorar por el viejo Young Chang.

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