viernes, 12 de diciembre de 2008

Las fotos perdidas

Se acerca el fin del viaje y el momento de reflexionar acerca de todo y nada. Estoy a oscuras en el cuarto y pienso en las fotografías que he perdido por torpeza, error o simplemente mala suerte. En ocasiones estas imágenes me acompañan con el tiempo, incluso las recuerdo con amargura años después de haberlas perdido.

La primera de estas semanas fue una mujer con velo y ojos turquesa. Me miró de frente entre la multitud de un mercado en Delhi, cerca de las Musja Masid. No fui rápido. Levanté la cámara pero había pasado demasiado tiempo y se giró. La foto (una mejilla, un velo) no valió nada. Incluso la borré.

Días después caminábamos por las montañas en Nepal, cerca de Aktapur. Era la última hora del día y estaba sudoroso, quemado y cansado, la cámara estaba pegajosa y llena de polvo. Pasó una campesina con un hatajo de ramas, a mi lado, el Himalaya de fondo (un valle de belleza indescriptible) velado por el brillo del aire del atardecer. La vi de lado y, no sé porqué, no hice nada. Esta impasividad inexplicable me remordió durante horas, días.

En Varanasi, junto al Harichandra Gat, cinco y media de la mañana. Vi a un hombre escuálido que iba a bañarse en el Ganjes. El sol a puntísimo de salir. Le fotografié pero la cámara falló justo en el momento decisivo, un error del objetivo. Saqué con cierto histerismo la batería y volví a encender. Hice un segundo intento con las gafas empañadas por mi propia respiración. Creí conseguirlo a pesar de que la barca de movía. Nos alejamos y tuve unos segundos para ver qué había pasado. Y lo vi. El objetivo tenía el autoenfoque desconectado, yo mismo lo había pasado a manual un rato antes para otra foto y me había olvidado. La imagen -de composición y luz impecables- es simplemente inservible.

De nuevo Nepal, cerca de Lumbini, en el sur, donde nació Buda. Pasaba en taxi y paramos en el típico atasco. Un chico se asomó por la ventanilla de su autobús, gafas de sol, pelo engominado, parecía un modelo de Dolce & Gabbana conduciendo una antigualla reconstruída con chatarra. La imagen era perfecta. En el preciso instante en el que oía el clic el taxi arrancó bruscamente. La foto simplemente no salió.

Pensando en estas cosas me vienen a la memoria varias decenas de momentos perdidos que pude ver y nada mas. Se me hace amargo y dulce a un tiempo. Amargo porque son restos de un pasado irrepetible, fotos perdidas que jamás volverán a ser y que quizás me recuerdan lo futil y efímero de nuestra propia existencia. Son como una extensión de la vida misma, una pequeña gran metáfora de lo que somos. Y dulce por lo mismo. Son mías. Me recuerdan que yo también soy irrepetible y único.

5 comentarios:

Kayele dijo...

...

A veces me pasa con los poemas... simplemente te vienen a la mente unos versos increibles, versos que quisieras grabar a fuego... pero se desvanecen rápidamente, se evaporan... sin arreglo... irrecuperables... porque no tienes a mano un papel, porque no puedes concentrarte en ellos lo suficiente... por azares de la vida.

Esos momentos, esas palabras, esos tesoros... son al menos míos; esas fotos perdidas... son más tuyas que ninguna, porque sólo tú las viste.

Además esas fotos, perdidas, irrecuperables... son por fortuna sólo una excepción; las otras... todas las otras... nos las concedes a l@s demás.

Gracias

Anónimo dijo...

es muy bonito ver la belleza y poesía que tiene tu blog aún en fotos perdidas... pero quien te dijo que están tan perdidas yo pude ver los ojos turquesas que te miraron de frente, el pelo engominado del muchacho parecido a un modelo de D&G, el hombre flaco entrando al Ganges al amanecer, la campesina en las montañas al atardecer...

Es sólo que te paralizaste por un instante decisivo frente a la belleza y está bien que así sea, así es cuando la belleza nos conmueve cuando no levantamos la cámara y no obturamos el disparador.

Quizás sean fotos perdidas pero no son imágenes perdidas.

N.

P.D: C.Bresson olvidó hablarnos de la paralización frente a la belleza que nos conmueve en el instante decisivo...

Mixha Zizek dijo...

Ramón tienes un blog increíble realmente lleno de imágenes, es una pena que no podamos vernos en NY, realmente me hubiera gustado porque se ve que eres una persona con una excelente relación con la naturaleza y el mundo de alrededor. Tienes buen ojo con captar una circunstancia eso te vuelve un artista. Porque aún en la escritura se debe penetrar al fondo de lo más sublime sin tocarlo, volveré siempre... aunque ya lo veiá mucho antes, un beso

ESpero que haya alguna ocasión, yo viajo exacta,ente el 21 en la mañana, suerte en tu estadia... si aún estás no dudes en ubicarme,

Rastros caníbales dijo...

el relato es muy bacano hermano y las fotos, son tuyas? están muy bien logradas, pero me hubiera gustado ver una con personas a color, pero igual.
un saludo.

j. e. dijo...

si se hallasen perdidas, ¿alguien las hallarà?

j

saludos!
me robo algunas cositas de este blog
INFINITAS GRACIAS