Me pregunté porqué a veces cuando vemos llover o ante una montaña gigante o frente al mar nos da por pensar en la vida. Imaginé a un homo hábilis en las llanuras pardas africanas sentado junto a un árbol mirando un valle y pensando en su infancia, quizás en cómo corría por la sabana con sus amigos o tal vez recordando melancólicamente alguna triste noche de verano cerca de las playas de cantos rodados del sur. ¿O es algo anterior? ¿Se acongojaría una musaraña ante la visión de un glacial?
Dejé la ventana, necesitaba un café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario